Para tratar de evaluar el estado en los cambios de usos del suelo a escala global, Rockstrom y colaboradores, deciden identificar una serie de aspectos. En primer lugar, una variable control definida por el % de superficie terrestre que es convertida en sistemas de cultivo, y queda limitado en un 15%.
Sabiendo que en la actualidad el 12% de la superficie terrestre pertenece a áreas de cultivo (Fig.1), prevén que se pueda llegar a un punto en el que una mayor extensión de éstas, pueda amenazar seriamente la biodiversidad y la capacidad de regulación de los ecositemas.
¡Estamos hablando de un 3% de expansión (aproximadamente 400 millones de hectáreas) permitidas para las próximas décadas! Habiendo establecido un rango de incertidumbre del 15-20%, podemos decir que nos estamos acercando a la zona de peligro.
Fig 1.Evolución creciente en los cambios de usos del suelo. Rockström et al., 2009 Supplementary Information.
Para permanecer dentro de este límite, deben ser controlados los procesos de la degradación del suelo, la pérdida de agua de riego, y la competencia con los usos del suelo tales como el desarrollo urbano o producción de biocombustibles; y por otro lado, los procesos de la demanda, el consumo per cápita de alimentos, y sin duda el creciente tamaño de la población.
Aún así me pregunto, ¿por qué afirman los autores que el uso del suelo perjudica el bienestar humano?
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